Ya hace algunos días señalé que en el partido de la mano y el capullo están nerviosos con la avalancha de causas judiciales que se les avecinan y que, lo que es peor, se nota su nerviosismo.
Ahora tendía que rectificar: lo que están es
histéricos perdidos. En realidad, el que está fuera de sus cabales -si es que
alguna vez estuvo dentro- es el psicópata de la Moncloa, a la postre el
vértice, el eje, el centro, la clave, la piedra angular de toda la trama de corrupción,
tanto familiar (su cónyuge, su hermano) como su partido (piramidal, como suelen
serlo las formaciones políticas, pero más aún en este PSOE: su secretario de
organización, su otro secretario de organización, el hombre para todo
de este último, algún que otro ministro).
Y es que resulta que pidió a sus asesores -no
especifica a cuáles de los varios centenares que tiene a su servicio… para lo
que le sirven- estudiar el impacto judicial de meter a sus dos familiares en las listas electorales.
Si son inocentes, como no dejan de proclamar… ¿de qué tienen miedo?

 
 
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