Suele decirse que quienes peor lo pasan en la cárcel, si se mezclan con los demás reclusos, son dos clases de delincuentes: los terroristas y los que han cometido delitos en los que las víctimas sean niños.
Quizá sea una leyenda urbana, pero hay dos
hechos que inducen a pensar que no. El primero, que en general los terroristas
-al menos en España- se encuentran aislados respecto al resto de la población
penitenciaria.
La segunda, que hay veces en que los pedófilos sufren… accidentes fatales.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

 
 
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