Los partidos que integran o apoyan el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer podrán ser muchas cosas -malvados, egoístas, psicópatas, ladrones…- pero, si algo no son, es ser ingenuos.
Es decir, todas las formaciones llevan el
tiempo suficiente para que cada uno sepa con quién se está jugando los cuartos.
Que ahora los de la mano y el capullo acusen a los cocuquistas de
proponer medidas inconstitucionales en vivienda, cuando ya los neocom pegaban
cartelitos en las marquesinas de los autobuses urbanos llamando al impago de la
deuda es considerar a la ciudadanía como débil mental.
Es como el comisario francés en la película Casablanca, exclamando ¡Qué escándalo, aquí se juega!... mientras recogía sus ganancias.

 
 
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