jueves, 30 de octubre de 2025

Si non e vero…

Lo peor de un político -o de una figura pública, en general- no son las cosas que se dicen de él, sino que tales cosas sean verosímiles o no.

Tomemos el caso de la corrupción en los partidos políticos. Resulta verosímil que alguien como Mariano Rajoy no estuviera al tanto de lo que pasaba -ojo, que no digo que no estuviera al tanto, sino que la alegación de que no lo estaba es plausible- en Génova, dada su imagen pública de tancredista contumaz. Menos creíble sería, en cambio, que Aznar no supiera nada, dada la imagen autoritaria que siempre ha proyectado.

Del mismo modo, la denuncia del fiscal Stampa acerca de que el psicópata de la Moncloa, el ministro bolardos y el fiscal particular del desgobierno que tenemos la desgracia de padecer -estos dos últimos, al fin y al cabo, simples mamporreros del primero- estaban detrás de la operación para limpiar sin límite para revertir la situación procesal de la pareja de Sin Vocales, y hacerlo caiga quien caiga, no es grave en sí por los hechos que comprende y las personas a las que afecta.

Es grave porque Pedro Sánchez ha dado sobradas muestras, por su comportamiento, de que es verosímil.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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