lunes, 24 de marzo de 2014

Es tonto y en su casa no lo saben


Parecía que nada podía superar el desvarío que supuso que Garzón solicitara, un tercio de siglo después, el certificado de fallecimiento de Francisco Franco. Pero como nunca hay despropósito tan grande que no pueda ser superado, ahora ha sido otro miembro de la judicatura, de apellido Bermúdez, el que se ha descolgado pretendiendo averiguar, a estas alturas, los fines perseguidos por la organización terrorista vasca de ultraizquierda. Pues no se preocupe, que yo se lo digo: montar una república marxista en los Pirineos, utilizando para ello todos los medios que considere necesarios.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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