A diferencia de las obras anteriores,
en esta Leiber plantea dos relatos extensos, con uno inicial que srve a modo de
breve puesta en situación del primero y otro intermedio que actúa de nexo de
unión entre ambos (de lo contrario, la ubicación temporal de los mismos podría
haber sido la contraria sin que la coherencia de la narración se resintiera lo
más mínimo).
El primero de dichos relatos extensos
me recuerda, en cierto modo, al relato de La
hija del gigante de hielo, del Conan howardiano (si bien con el romance
multiplicado por dos, ya que dos son los protagonistas), mientras que el
segundo plantea una suerte de intriga palaciega en la que el final me resultó
bastante evidente hacia la mitad, aunque desconocía cómo se llegaría a ese
final (o, por decirlo claramente, sabía quién iba a morir, aunque no sabía
cómo).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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