Me crucé con esta obra primeriza de Churchill
casi por casualidad. Hasta entonces, todo lo que había leído del británico
había sido su serie sobre la Segunda Guerra Mundial y una selección de sus
discursos.
Esta obra resulta entretenida, más al
principio. El autor consigue el raro efecto de que parezca contada en el
momento en que las cosas van sucediendo; es decir, que sus primeros años tienen
un tono más infantil e ingenuo, para ir adoptando progresivamente un tono más
serio y maduro (y algo más aburrido, también) conforme va creciendo. Lo que
nunca le abandona es esa (aparente, al menos) sinceridad, esa impresión de que
lo que cuenta es lo que sucedió o, al menos, lo que él piensa que sucedió. Y,
por encima de todo, se muestra siempre orgulloso de ser británico.
No diré yo, como han hecho alguno de
los críticos, que es la mejor obra de Churchill, pero sí que es un más que
digno producto literario y, como he dicho, bastante entretenida.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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