martes, 16 de junio de 2015

Politiza, que algo queda

Que se amontonen las noticias tiene la ventaja de que asegura entradas (potenciales) para el blog durante una temporada. Y tiene el inconveniente de que cuando les toca salir a escena, la noticia puede haber quedado desfasada… aunque, por otra parte, permite adquirir un poco de perspectiva y distanciamiento (ya que, aunque la noticia es programada con antelación –ésta es del 27 de Mayo y va a aparecer casi tres semanas después-, en general no es escrita hasta la víspera, salvo casos de alejamiento prolongado del ordenador, tipo vacaciones no estivales y similares).
A lo que iba. En vísperas de la final de la Copa de Su Majestad el Rey de fútbol se planteó la cuestión de los pitidos al Himno de España. Lógicamente, desde sectores necionanistas y/o retroprogres se defendió la posibilidad del silbido (habría que ver cómo se pondrían si lo que se silbara fuera la tonada autonómica), o bien se propusieron soluciones de lo más peregrino.
Entre las más criticables, desde mi punto de vista, estuvo la del Partido Nacionalista Vasco, que pidió que antes del partido sonaran los himnos vasco y catalán. Es criticable porque esta posibilidad no eliminaría el hecho de que los energúmenos de costumbre pitarían la Marcha Real. Y es más criticable aún porque supondría no sólo politizar (más) lo que no debería ser sino un acontecimiento deportivo, sino también identificar a dos comunidades autónomas con dos equipos de fútbol. Ni toda Cataluña es culé, ni todos los culés son catalanes (salvo que se considere que Fuentealbilla, las Islas Canarias o Rosario quedan dentro de los sedicentes Países Catalanes), ni toda Vascongadas es de Bilbao (aunque ya sabemos que los de Bilbao nacen donde les sale de la punta de la chapela, no creo que los de la Real Sociedad estuvieran muy de acuerdo en la identificación), ni todos los del Bilbao son vascos (los ha habido navarros, riojanos y hasta franceses).
Vamos, que pasó lo que se sabía que iba a pasar.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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