domingo, 20 de marzo de 2016

Por sus actos los conoceréis

La izquierda, en España, siempre ha mostrado comprensión hacia los terroristas y sus actos, especialmente cuando esos delincuentes eran de izquierdas, o sus víctimas eran de derechas. Según su modo de pensar, los terroristas tendrían disculpa porque, al ser de izquierdas, su lucha era inherentemente justa. En cuanto a las víctimas, algo habrían hecho, ¿no? Al fin y al cabo, eran de derechas…
El mes pasado tuvimos un doble ejemplo de lo que acabo de decir. En primer lugar, una parlamentaria autonómica aragonesa, neocom (qué si no), cuando otro parlamentario, este del PP, y a propósito de una mujer asesinada por su expareja, dijo que la vícitma debería, en caso de haber detectado que el criminal podía ir a Zaragoza, haber avisado a la policía, respondió que lo mismo podría decirse del caso de Miguel Ángel Blanco.
Las palabras de la podemita demuestran una miseria moral difícilmente expresable en palabras. Hay cosas que no se deben pensar, y de pensarlas, no se deben decir. Este caso es uno de ellos: por muy molesta que se hubiera podido sentir en su feminazidad –para ellas, el varón es siempre culpable-, hay fronteras que no se deben cruzar, y el de hacer escarnio a costa de las víctimas del terrorismo es una de ellas.
El segundo ejemplo se produjo en Madrid, cuando la líder regional de los socialistas rechazó una moción en favor de las víctimas del terrorismo. Esto me retrotrae a otras épocas, cuando algún líder socialista, recientemente fallecido, marchaba tras una pancarta en la que podía leerse gora Euskadi askatuta; o cuando se calificaba a Otegi como hombre de paz; o cuando una consejera autonómica socialista planteaba una querella criminal contra un editorialista gráfico por dibujar una viñeta en la que, sobre el cadáver ensangrentado de un asesinado por los asesinos terroristas, reproducían el eslogan turístico de esa autonomía.
A veces, los hechos hablan con más elocuencia que las palabras…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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