jueves, 22 de noviembre de 2018

Cuento de invierno

Cuando termino de leer un libro y me pongo frente al teclado para escribir unas cuantas líneas plasmando mi opinión, no suelo tener problemas para saber por dónde voy a tirar. Sin embargo, este libro se sale de los esquemas habituales.
Para empezar, parece una novela. Probablemente sea una novela, pero tiene mucho de cuento estirado. Muy estirado, y más en la edición española: con los generosos márgenes e interlineado que se gasta no es extraño que se alargue más de novecientas páginas, que con una edición más normal pienso que podrían haberse quedado fácilmente en la mitad.
Y en cuanto al tema… no resulta fácil decir cuál es el tema de la obra. A riesgo de resultar cursi, diría que es un canto de amor a la ciudad de Nueva York. A una Nueva York, en todo caso, no real, sino ideal, que con la verdadera coincide poco más que en la topografía.
Por otra parte, hay personajes que aparecen cinco minutos para luego desaparecer para siempre o, si aparecen, es cientos de páginas después.
En cualquier caso, un libro raro con el que no sabes a qué carta quedarte. Al menos, yo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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