martes, 12 de marzo de 2019

De frenopático

He de confesar que Pedro Sánchez me plantea un gran interrogante: soy incapaz de determinar qué clase de psicopatía padece. Tan pronto pienso que sufre de un complejo de inferioridad mal asumido que le lleva a intentar demostrar a todo el mundo que es el más guay del universo, como considero que, por el contrario, padece de un ego hipertrofiado acompañado de una ausencia total de sentido del ridículo.
Sólo así se explica que haya publicado unas memorias en las que, a pesar de aparecer en la portada como autor, declara que no las ha escrito él, sino otra persona que tuvo que pasar por la ordalía de escuchar las cintas grabadas por Sin vocales. Y que, sin asomo de sonrojo, se ufane de que la primera decisión de su presidencia fue cambiar el colchón de la cama de matrimonio de la residencia oficial de los presidentes de Gobierno de España para, dijo, no volverse de la misma condición que su predecesor en el cargo.
Lo malo es que, como en tantas otras cosas, dctr Snchz mienta como un bellaco. Su primera decisión no pudo ser la de cambiar el colchón por la sencilla razón de que ese cambio era una imposibilidad, más que física, metafísica. Y ello es así porque el colchón, con carácter previo a la entrada de don Noesno y su señora en el palacio de la Moncloa, ya había sido retirado.
Lo de que, como buen (mal) socialista, no coincida con la verdad ni por equivocación es otro tema…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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