martes, 3 de marzo de 2020

Caldeando el ambiente, enfriando los ánimos

Ayer hablaba sobre el cambio climático, y hoy toca volver a hacerlo. Esta vez, tirando de ese socorrido humor británico, que no es más que la aplicación del simple y puro sentido común.
Resulta que un grupo de alumnos del Colegio St. John, de la Universidad de Oxford -docenas, según un periódico estudiantil, lo cual tampoco es que sean demasiados, la verdad- se manifestaba por el cambio climático y exigiendo que la institución universitaria vendiese sus acciones de las multinacionales petroleras Shell y BP.
Enviaron una carta a uno de los profesores del College y responsable del manejo de la cartera de inversiones de la institución. La respuesta del profesor no fue la esperada por los alumnos: A corto plazo no puedo hacer desinversiones, pero lo que sí puedo hacer es apagar inmediatamente la calefacción a gas del edificio. Por favor, hacedme saber si respaldáis esta propuesta.
El profesor admitió posteriormente que su propuesta había sido provocativa, pero aseguraba que esperaba clarificar un poco el pensamiento de algunos. La cuestión –aseguraba– es si está preparado para hacer sacrificios personales para mejorar el medioambiente.
Los estudiantes, por el contrario, expresaron que la respuesta era inapropiada y ligera y que ellos esperaban que sería una discusión madura. Además, aseguraron también que sería peligroso apagar la calefacción en pleno mes de Enero.
Todo esto viene a demostrar unas cuantas cosas: que los ecolojetas lo único que manejan son una serie de soflamas, que repiten venga o no a cuento; que en cuanto se les pone frente a sus propias contradicciones, echan las patas por alto; que desprecian toda postura que no sea la suya; y que, por encima de todo, en invierno las temperaturas siguen siendo bajas.
Y es que, como digo yo, lo peor del calentamiento global es este frío de los cojones.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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