lunes, 2 de marzo de 2020

Mentirosos y cojos

Una de las razones por las que soy escéptico con el tema del calentamiento global es por la incoherencia de sus apologetas. Como Al Gore, que viaja de cumbre medioambiental a cumbre mediambiental en su reactor privado, cuando no está descansando en esa mansión que consume más electricidad que una ciudad pequeña; o como Barack Obama, que alerta contra el descongelamiento de los casquetes polares pero se compra una mansión en primera línea de playa.
O como Greta Thumberg, que aúlla que alguien le ha robado su infancia, pero que ahora se ha registrado como marca (si alguien va a ganar dinero con mi nombre, ¿por qué no voy a ser yo misma?, ha debido pensar). O como una candidata a la nominación presidencial estadounidense por el partido demócrata, una tal Warren, a la que han pillado en un reactor privado (¿de qué me suena eso?) mientras alerta sobre la catástrofe climática (de nuevo me suena familiar).
Lo dicho: con defensores como éstos, ¿para qué hacemos falta los detractores?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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