viernes, 7 de enero de 2022

De vuelta a las taifas

Una de las razones por las que los cristianos acabamos expulsando a los musulmanes de España fue porque, con el cambio de milenio, dejaron de estar unidos y se enzarzaron en luchas intestinas. Estaban más ocupados en hacerse la puñeta entre sí que en enfrentarse al enemigo cristiano.

Los reinos cristianos, en cambio, lo tenían mucho más claro: podían pegarse codazos y empujones entre sí en su avance, pero avanzaban siempre en la misma dirección: hacia el Sur.

Con la primera república española pasó algo parecido: en cuanto se empezó a pronunciar la palabra maldita (federalismo), aquello fue un maricón el último en cuanto a lo de proclamarse independiente, y del federalismo se pasó al cantonalismo, con los cantones declarándose la guerra unos a otros. Aquello fue -de allí viene la expresión- un viva Cartagena.

Y ahora parece que vamos camino de lo mismo, con cada cual barriendo para su casa (los partidos políticos de la llamada España vacía, similares a Teruel Existe, que ni está dirigido por turolenses ni mira por la provincia aragonesa) y la presentación en Granada de un partido que quiere el Granadexit -ni quiero pensar cómo pronunciará eso la que fuera portacoz del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer-, es decir, la separación de Andalucía endos.

Un par de hostias bien dadas y se acababan las tonterías, hombre…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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