Ya comenté ayer que los neocom, sobre malos, son bastante estúpidos, por muy inteligentes que se crean. Esa combinación de malicia, inepcia y soberbia resulta, cuando se tienen responsabilidades como la de ser miembro del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, potencialmente letales.
Que se lo digan, si no, a los
ancianos muertos en las residencias durante la pandemia, residencias de las que
dijo el Chepas, entonces vicepresidente del consejo de ninistros,
que asumía la responsabilidad (así que menos echarle la culpa a las comunidades
autónomas, sobre todo sin estaban gobernadas por el Partido Popular).
Que se lo digan, si no, a las
víctimas de abusos y violaciones que han visto cómo se rebajaban las penas -en
algunos casos, hasta suponer la liberación del delincuente- de los criminales
que los atacaron.
Especialmente a la del caso de la manada, el asunto con el que la izquierda feminazi empezó todo, uno de cuyos miembros ha visto rebajada su condena por el Tribunal Superior de Justiciade Navarra gracias a la ley Sánchez-Montero.
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