El resultado de las elecciones en Andalucía ha sido tal que todos los partidos políticos que han obtenido
representación parlamentaria pueden, con mayor o menor fundamento, señalar que
han ganado (lo cual viene a suceder en todas las elecciones), y a todos se les
puede igualmente decir que han perdido. Sin embargo, hay dos claros perdedores
(Partido Popular e Izquierda Unida) y un claro ganador (Ciudadanos).
El PSOE ha ganado porque es la
formación que más sufragios y escaños ha obtenido, y ha mantenido los
resultados de hace tres años. Ha perdido porque si estas elecciones se
convocaron anticipadamente para conseguir un gobierno más fuerte, se han
quedado como están, mientras que la posibilidad de conseguir apoyos de gobierno
es más que peliaguda.
El Partido Popular ha ganado (por
decir algo) porque la bofetada ha sido menor de lo temido. Y ha perdido porque
el tortazo ha sido de órdago: un tercio menos de votos y de escaños.
Podemos ha ganado porque de la nada se
ha convertido en la tercera fuerza parlamentaria. Y ha perdido (de modo
equivalente al PP) porque no han obtenido el éxito que las encuestas auguraban
o que ellos mismos soñaban.
Ciudadanos ha ganado porque, a pesar
del boicot al que le han sometido los demás partidos, ha logrado un meritorio
cuarto puesto. Y ha perdido (en cierto modo) porque se configuran casi como la
única opción viable que tiene el PSOE de encontrar apoyos parlamentarios, y ahí
se va a ver que una cosa es predicar y otra dar trigo (un poco al estilo de
UPyD en Asturias).
Izquierda Unida ha ganado (por decir
algo) porque todavía tienen grupo parlamentario propio. Y han perdido porque se
han quedado con un tercio de los escaños que tenían (es decir, que su bofetada
ha sido todavía mayor en términos relativos que la del PP).
Fuera del arco parlamentario quedan
los andalucistas (otrora tercera fuerza política de la comunidad) y UPyD (para
quienes su líder nacional es a la vez su mayor activo y su mayor pasivo).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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