Es una pregunta difícil de responder. En el caso de Guillermo Toledo casi cabría pensar que de donde nace, porque por mucho que se empeñe en presentarse como de izquierdas, a poco que se descuide (cosa que no cuesta tanto, la verdad, la inteligencia del muchacho no da mucho de sí) surge el burgués reaccionario nacido en uno de los mejores barrios de la capital de España.
¿La prueba? Las últimas declaraciones del sujeto, en la que demuestra su tolerancia y amplitud de miras: si me sale un hijo de Podemos le doy dos hostias que le arranco la oreja. Dejando aparte que para hacer un niño hacen falta dos (aunque mi esperanza personal es que siempre hay un roto para un descosido), quizá lo que tema Guillermito es que con la llegada de los neocomunistas es que se le acabe el vivir del cuento. No porque el cuento desaparezca, claro, sino porque serán otros (Junior y su cuadrilla) los que vivirán de él. Aunque, en el fondo, ya llevan tiempo haciéndolo, así que es posible que el huésped de la dictadura cubana no tenga nada que temer.
Su hipotético vástago es otra cosa.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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