sábado, 21 de marzo de 2015

Más monos

En términos de ideología es bastante prudente quedarse calladito o, mejor dicho, hablar lo mínimo imprescindible. Así, por ejemplo, cuando el primero fiscal y luego ministro Bermejo dijo aquello de luchamos antes con los padres y ahora lucharemos con los hijos lo que hacía era exhibir, o una descomunal cara dura –pareja a la de su compañero de cacerías, el juez estrella-do- o una capacidad de olvido difícilmente superable. Porque los padres a los que se refería –los que fueron algo durante el franquismo- eran los de José Bono, Cristina Almeida, María Teresa Fernández de la Vega… o el suyo propio, el del rojísimo Bermejo. Con lo que los hijos con los que iba a tener que luchar serían sus compañeros de partido… y él mismo.
De modo parecido, al intentar acudir en auxilio de Monedero, el rector de la Universidad Complutense soltó la siguiente perla: aquí no solemos fusilar al alba. Habría estado mucho mejor callado, o haber sacado otro ejemplo. Porque era para haberle respondido ya, eso lo hacía tu padre, ¿no?
El genocida de Paracuellos del Jarama, por si alguien no se ha percatado.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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