Con motivo de los asesinatos en la
redacción de Charlie Hebdó, la práctica
totalidad de la progresía los criticó, aunque insinuando que la libertad de
expresión debía tener sus límites: vamos, que la reacción de los islamistas
había sido un tanto exagerada, pero que vamos, algo de razón tenían en sentirse
ofendidos porque se había hecho mofa y befa de sus creencias. Hasta el Papa
vino a decir que si uno insulta a su madre, lo menos que puede esperarse es un
puñetazo. Y eso lo dice el vicario en la Tierra de Aquel que dijo que hay que poner
la otra mejilla.
Con reacción, Irán convocó un concurso de caricaturas sobre el Holocausto. ¿Criticará Occidente esa iniciativa? ¿Encontrarían justificado
que Israel lanzase un par de cohetitos contra la sede del comité que ha de
juzgar los dibujitos?
Ah, ya me parecía a mí…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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