Es algo que ya he apuntado varias
veces. Al comienzo de su desempeño en la secretaría general del PSOE, tenía mis
dudas de si Rodríguez era un gilipoyas o un hijo de puta. Para decirlo más
educadamente, no estaba seguro de si era, respectivamente, estúpido o malvado.
Con el tiempo llegué a la conclusión
de que era ambas cosas. Iba a poner que no estoy muy seguro de cual de las dos
es más, pero me acabo de dar cuenta de que su abyección supera con mucho a su
estulticia, con ser ésta considerable.
Y el circunflejo no pierde ocasión de
demostrarlo. Antes de alcanzar la presidencia del gobierno de España, hizo un
viaje a Marruecos, en el que posó para una foto con el tirano alauita; tras
ambos interlocutores se encontraba un mapa en el que el territorio de Marruecos
abarcaba no sólo el Sáhara Occidental, sino también los territorios españoles
en África (Ceuta, Melilla y las Islas Canarias).
Recientemente ha realizado otra visita
a nuestros vecinos del Sur (no mucho más tarde de la que ha hecho al presidio
del Caribe a espaldas de la diplomacia española y del más mínimo sentido
común), y ha concluido la misma dando un discursito delante de otro mapa en el
que aparece Marruecos incluyendo dentro de su territorio (y más que doblándolo
en extensión, al menos ópticamente) lo que en su día fue una provincia española
y que, según las resoluciones de Naciones Unidas (esas normas inútiles de esa
organización inútil a efectos prácticos), no le corresponde en absoluto, salvo
que sus habitantes así lo decidan libremente.
Algo que el tirano de sexualidad
controvertida no está dispuesto a permitir, por lo que parece.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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