Suelo hacer el chiste (no a mis conocidos progres, y menos si son homosexuales) que se dedican a criticar furibundamente a la jerarquía católica porque condenan a los homosexuales al infierno, mientras que los musulmanes, además, les pagan el billete de ida.
Tradicionalmente, para esto empleaban
la horca (método que permitió al anterior primer ministro de la república
islámica iraní afirmar sin empacho en la sede de la ONU que en su país no había
homosexuales) o, en cualquier caso, sistemas que implicaban un cierto esfuerzo
continuado por parte de los verdugos.
Ahora, el sedicente Estado Islámico,
un grupo prehistórico en su mentalidad pero muy moderno en los medios que
emplea, ha decidido dar un paso más. Al tiempo que evita esfuerzos a los
ejecutores, proporciona amplias vistas al ejecutado (o lo haría, si no le vendara antes los ojos).
¿Cómo? Pues tirándolo desde lo altode un edificio.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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