Esta expresión se la escuché a mi
padre con cierta frecuencia cuando yo era niño, referida, colijo, a casos
notables de estupidez palmaria. Considero que resulta perfectamente aplicable a
Junior, al que su ego (casi parece
argentino, el muchacho) puede acabar jugándole una mala pasada… en el sentido
de darle lo que se merece.
La última idea del chico es que va a
dirigirse a la Zarzuela a decirle al Rey que se presente a unas elecciones. Sobre
soberbio, este gaznápiro no se debe haber leído ni la Constitución ni los
tratados de los constitucionalistas. La Corona está, o debe estar, por encima y
al margen de las luchas partidistas, por lo que cabe deducir que la propuesta
del neocomunista, sobre ser delirante, va contra el ordenamiento jurídico.
Nihil novo sub solem, por otra parte.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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