martes, 10 de marzo de 2015

Antes se coge a un mentiroso que a un cojo

Cuando salió a la luz la ingeniería fiscal que el número llamémosle equis del grupito de Junior (da igual qué número tenga ya que, como en los demás partidos políticos, el único número que importa realmente es el uno, y ése ya está ocupado) había realizado para tributar lo menos posible (a ser posible, nada) por los dineros percibidos por asesorar a ese pájaro del Gorila Rojo, las huestes neocomunistas aullaron que todo era una conjura de la casta para desprestigiarles.
Cuando el susodicho número incógnito pago la multa de Hacienda, ese mismo coro de aulladores le definió como un patriota (por no hacer otra cosa que cumplir con su deber… pero obligado, tarde y mal). Finalmente, ahora se descuelgan pidiendo perseguir más el gran fraude fiscal que el pequeño, como el de Monedero.
O sea, que defraudar, defraudó. Quod erat demostrandum.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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