Hace unos años, en la época álgida de
las mareas verdes, dije en Facebook a
propósito de un comentario del hijo de P que es alguien cuya coincidencia con
la verdad se produce sólo por casualidad. Evidentemente mis interlocutores,
todos ellos progres, se sintieron
ofendidos.
Sin embargo, el paso del tiempo no ha
hecho sino reafirmarme en mi opinión. Opinión que no surgió en aquel momento,
sino que venía refrendada por una carrera política que se había desarrollado
por aquel entonces durante un cuarto de siglo y que todavía debería extenderse
algunos años más.
Digo esto porque el sujeto, con motivo
del undécimo aniversario de los asesinatos terroristas del once de Marzo de
2.004, ha reaparecido diciendo que aquellos acontecimientos se vivieron con dignidad y sin estridencias,
añadiendo que no hubo reacción contra
nadie.
Que eso lo diga quien violó la jornada
de reflexión, quien organizó los cercos a las sedes del Partido Popular (aunque
la autoría de aquellas algaradas está disputada), quien montó aquello de pásalo, quien dijo que España no se merece un Gobierno que le
mienta, quien no se opuso a los gritos de Aznar, asesino… quiero pensar que el escorpión, fiel a su
naturaleza, no puede hacer sino aquello que va de acuerdo con la misma.
Porque la alternativa es que el
profesor de química, el antiguo corredor de fondo, se esté viendo afectado por
un ataque de senilidad galopante que le ha hecho olvidar todos los
acontecimientos mencionados.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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