La
semana pasada cayeron las primeras lluvias del otoño y, claro, en Madrid se
organizó un infierno circulatorio de tres pares de narices. Por ejemplo, para
entrar en Madrid por el Norte, en un trayecto que en condiciones normales
requiere unos diez o quince minutos (de puerta a puerta), ese día llevó cosa de
hora y media, según me han contado personas que estuvieron sufriendo el
incidente.
La
oposición municipal, naturalmente, responsabilizó del desaguisado al equipo de gobierno municipal. Lo curioso es que también les responsabilizó el tercer
grupo del ayuntamiento por número de concejales… concejales que fueron
necesarios (e incluso imprescindibles) para que los actuales irresponsables del
ayuntamiento calienten los asientos de las poltronas que ocupan.
Es decir,
que les izaron para poder atizarles mejor, parece…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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