Uno creía
que con los sedicentes sindicatos de estudiantes había visto el colmo de los
sinsentidos, pero no: cuando uno cree que ha llegado al culmen de la
estupefacción, llega la realidad y se encarga de sorprenderte aún más.
Resulta
que en Barcelona, los manteros (es decir, aquellos que hacen venta irregular de
productos en general ilegales, por ser falsificaciones o copias piratas) han creado un sindicato para luchar, dicen, contra
la discriminación, el racismo y la persecución policial. Dejando aparte el
hecho de que, si cometen un delito, lo lógico es que la policía les persiga,
¿cómo es que la mayor parte, por no decir la práctica totalidad, de los trabajadores del top manta sean individuos de raza negra (huy, perdón, africanodescendientes)? ¿Quién es, pues,
el racista aquí? Sí, ya sé, es demagogia, pero como no me canso de decir, a eso
podemos jugar todos…
Lo
que es de traca es que el Ayuntamiento de Barcelona ha apoyado semejante iniciativa. Esos cretinos (me refiero a
la Bruja Piruja y sus conmilitones) no
se han dado cuenta de que, desde que entraron en el sistema, dejaron de ser
antisistema. Sin embargo, siguen comportándose como si nada hubiera pasado…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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