miércoles, 14 de octubre de 2015

Los experimentos, con gaseosa

No debería criticar a la alcaldesa de Madrid por no recordar el nombre del presidente de El Corte Inglés (Dimas Gimeno, tras consultar Internet), ya que yo mismo, tras hacer un esfuerzo, sólo era capaz de recordar su nombre de pila.
En su descargo puede aducirse que el individuo en cuestión es apenas un recién llegado al puesto; más aún si se tiene en cuenta que sus predecesores en el cargo lo ocuparon por décadas e hicieron de la discreción un estilo de vida, por lo que la ignorancia resultaría, como digo, disculpable.
Disculpable en una persona normal, en un ciudadano del común; en alguien como yo, o como tú que me lees (no me canso de decir lo bien que sienta escribir eso y saber que hay alguien que, efectivamente, está leyendo estas líneas… y que ese alguien no es un servidor); en alguien como doña Rojelia, alcaldesa de la primera ciudad de España, es algo de todo punto inaceptable, inadmisible y todos los in que uno quiera achacarle.
Es lo que pasa cuando pones a aficionados a cargo de cosas serias. Que la cagan. Lo malo es que es con nuestro dinero (sí, ese dinero que, según la egabrense, no es de nadie).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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