El
diluvio universal. La extinción de los dinosaurios. Las glaciaciones. La desaparición
del hombre de Neanderthal. Las diez (y no siete, como con frecuencia se suele
decir erróneamente) plagas de Egipto. La destrucción del primer Templo de
Jerusalén. El destierro a Babilonia. La muerte de Alejandro Magno. Las Guerras Médicas. Las Guerras Púnicas. El asesinato
de Julio César. La picadura del áspid a Cleopatra. La destrucción del segundo
Templo de Jerusalén. La caída del Imperio Romano. Las invasiones de los
bárbaros. El ataque de los hunos. El ataque de los otros. La destrucción de Camelot. Las incursiones de los vikingos. La Peste Negra. La guerra de los cien
años. La creación de la Inquisición. La toma de Granada. El descubrimiento de
América. El tráfico de esclavos. La caza de brujas. Las guerras de religión. El
incendio de Londres. La creación del arte de Cúchares. La derrota de Napoleón
en Rusia. Las guerras carlistas. La hambruna de Irlanda. El hundimiento del Titanic. La Ley Seca. La
crisis del 29. El auge de los fascismos. El asesinato de García Lorca. La muerte de Miguel Hernández. El asesinato de Trotsky. La creación
del estado de Israel. El apartheid. La invasión de Bahía de Cochinos. El asesinato de John Fitzgerald Kennedy. La
guerra del Vietnam. La muerte de Ernesto Guevara. El asesinato de Robert
Fitzgerald Kennedy. La crisis del petróleo. El abandono del patrón oro. El golpe
de Estado de Pinochet. El agujero de la capa de ozono. El accidente de Chernobyl. La caída del muro de Berlín. La desforestación
del Amazonas. La destrucción de las Torres Gemelas. El cambio climático. El calentamiento global. La gota fría. La ejecución de Bin Laden. El fracaso de la primavera árabe.
De
todo esto, los neocom aún no han
culpado a José María Aznar. De la guerra de Siria, sí.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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