Me
gustan las direrentes mitologías, supongo, por la misma razón por la que me
gusta la obra de Tolkien, los tebeos de superhéroes o Canción de hielo y fuego –todas ellas, a su modo, también mitologías-:
son un conjunto de historias que forman un todo coherente (más o menos), con
una serie de reglas que conforman ese todo y le dan sentido.
Dentro
de las diferentes mitologías, encuentro que la germánico-escandinava presenta
una diferencia sustancial con las demás: todas ellas dan una explicación del
origen del Universo, pero sólo el panteón presidido por Odín/Wotan plantea cómo
será el final del mismo (¡y vaya final!, aunque más que un –por emplear un
símil astronómico- big crunch resulta
ser un big bounce).
Centrándonos
en la novela de Joanne Harris, la trama relata todo la existencia de la Creación en los mitos
nórdicos (del origen del Universo al Ragnarök), sólo que contada desde el punto
de vista del malo de la película:
Loki, el dios tramposo, el dios del engaño. Algo parecido a las historias del
ciclo troyano narradas desde el punto de vista de Agamenón que leí hace no demasiado tiempo, sólo que con más sentido del humor.
El libro
arranca un poco lento, y pensé que no me iba a gustar demasiado. Sin embargo,
luego va cogiendo velocidad y te acaba enganchando. No puedes dejar de admirar
el desparpajo y la falta de hipocresía de Loki: al igual que ocurre con
Agamenón, aunque no compartes sus puntos de vista, puedes llegar a entender por
qué hace lo que hace.
Por ponerle
algún pero, el libro toca muy tangencialmente el mito de anillo de los
nibelungos y la maldición que acarreaba, si bien hay que admitir que se trata
de un ciclo más germánico que escandinavo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!