Me
crucé por primera vez con el mito de Beowulf hace ahora algo más de un tercio
de siglo (que ya es tiempo). En primero de BUP, el profesor de Lengua (el Conde, le llamábamos, por motivos
obvios… era su apellido) hizo que cada Viernes uno de los alumnos diera una
exposición de una media hora sobre el tema que el alumno eligiera. Uno de los
compañeros –casualmente, su hermano aprobó mi oposición en la misma promoción
que yo- eligió precisamente hablar sobre este poema épico en inglés antiguo. Por
ello, cuando me enteré de que Tolkien había hecho una traducción y que
Minotauro la publicaría, me lo apunté en mi lista de lecturas pendientes.
Para
empezar, hay que decir que el poema en sí ocupa apenas un tercio del libro. La mayor
parte del volumen, como suele ocurrir en la obra póstuma de Tolkien, consiste
en anotaciones y disquisiciones del Profesor sobre aspectos lingüísticos,
alternativas de traducción y demás, seguido de una versión propia (de Tolkien,
quiero decir) de la historia de Beowulf y de dos breves poemas sobre el tema.
En cualquier
caso, no me arrepiento de haber comprado y leído esta obra. No sólo por ser de
Tolkien, sino porque, además, me ha permitido saldar otra cuenta pendiente con
los poemas fundacionales de las distintas mitologías o idiomas del mundo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario