A pesar de ser, en principio, la tercera fuerza parlamentaria en el Congreso de los Diputados, los neocom son cualquier cosa menos el grupo homogéneo que a Junior le gustaría (homogéneo y sometido a su voluntad, habría que precisar). De hecho, el único grupo verdaderamente homogéneo ha sido, históricamente, el del Partido Popular. Los demás, salvo el PSOE; eran más bien grupúsculos; y los socialistas tenían el grano en el culo (o en el sobaco, atendiendo a su origen geográfico) de los socialistas catalanes, que influían en la formación nacional pero no consentían que ésta influyese en ellos.
No sólo es eso, sino que algunos líderes regionales empiezan a ponérsele gallitos (o gallinitas, habría que decir). Me refiero en concreto, claro está, a la Bruja Piruja, que a finales del mes pasado anunció la creación de un partido transversal de izquierdas que abanderase el sedicente (y sedicioso) derecho a decidir, una especie de partido único de la izquierda catalana, con permiso de admisión para todos los públicos: los sectores catalanistas del PSC, la casi extinta Iniciativa por Cataluña, la escisión Esquerra Unida i Alternativa, los sectores internacionalistas y anticapitalistas de la CUP...
Mientras, la facción andaluza de los neocom en el Congreso pretende un reconocimiento especial, apoyándose en el carácter de nacionalidad histórica de Andalucía, tal y como viene recogido en el Estatuto de Autonomía de Andalucía (lógico, no va a ser en el de Cantabria). Eso es consecuencia del malhadado paso de Rodríguez por la presidencia del Gobierno de España. Abierta la caja de Pandora de los estatutos de segunda generación con el de Cataluña, todas las demás comunidades, al grito silencioso de maricón el último, se apresuraron a pergeñar truños pretendidamente jurídicos en los que se decía de todo menos la verdad. Porque Andalucía, digan lo que digan Teresita, el Kichi y toda su patulea, nunca ha sido una nacionalidad: ni histórica, ni histérica, ni de cualquier clase. Todo lo más, un conglomerado de reinos de taifas; vamos, como los condados catalanes, sólo que más peleados todavía.
Y mientras, el CIS anuncia que el sorpasso se ha producido y que el batiburrillo neocom sería ahora la segunda fuerza política más votada. Vamos, que el PSOE sigue perforando su suelo electoral camino de los infiernos, a los que parece arrastrarle ese buscado pacto con el diablo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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