Los
secesionistas catalanes han mentido tanto sobre el pasado que no tienen empacho
alguno en hacerlo sobre el futuro, pintando un porvenir de color de rosa si alguna
vez esa esquinita del Noreste de la Península Ibérica se independiza de España:
todos serán más ricos, más sanos, tendrán menos paro y serán unánimemente
respetados en todo el Universo.
Del mismo
modo, todo lo malo que les pueda ocurrir es culpa de España. Esta postura se
podría sintetizar en la celebérrima (y falacísima) frase de España nos roba. Si Cataluña tiene paro,
corrupción, malas infraestructuras y a la directiva del club de fútbol más
importante de la región imputada por fraude, es culpa de Madrid.
Hace
diez días se produjo un incendio cerca de una estación de ferrocarril. De titularidad
estatal, nunca ha sido empleada más que como vivienda por un grupo de
indigentes que, aunque la noticia no lo dice, probablemente sean los
responsables del fuego, ya que el mismo se originó en una acumulación de basura. Los necionanistas,
claro está, aprovecharon la ocasión y echaron la culpa a Fomento, por un mal mantenimiento crónico, aprovechando
para pedir el control de todas las vías de la región.
Si
no son capaces de mantener el orden público –aunque viendo que los que sitiaron
a los parlamentarios autonómicos han acabado sentados con ellos, o casi, lo más
probable es que dentro de poco la asamblea legislativa catalana no huela
precisamente a rosas-, ¿cómo quieren serlo de mantener los ferrocarriles de
toda la región? Y, sobre todo, ¿con qué dinero, si no tienen ni para aspirinas?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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