Hace
diez días saltó la noticia: el Ministerio de Cultura había concedido un premio
a Ignacio Gabilondo… a título póstumo.
No tardó en deshacerse el equívoco, y aclarar que el receptor del galardón era
el recientemente fallecido Jesús Hermida.
De
todos modos, estaba bastante claro que se trataba de un error: Sosilondo ni se ha muerto ni se merece premio
alguno, salvo aquellos que tengan a bien concederle los que sean de su cuerda. La
de los sedicentes periodistas que desinforman, sesgan, mienten y hacen el
trabajo sucio a los políticos.
Porque
¿verdad, Ignacio?, a algunos os conviene que haya tensión.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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