Los neocom tienen una manera de llamar a las
cosas que no se corresponde con la del común de los mortales. O quizá se deba a
que, al empeñarse en hablar un idioma que no les permite ir más allá del
extremo norte de la calle principal de Andorra La Vella, introducen en sus
expresiones matices que se nos escapan a los que preferimos expresarnos en un
idioma hablado por quinientos millones de personas.
La bruja Piruja ha dicho, a propósito de su acceso al
poder municipal, que entraron en la institución y no fueron sectarios ni partidistas. A mí que me lo expliquien, porque quitar el busto de Su Majestad
el Rey, prohibir la retransmisión de los partidos de la selección española de
fútbol o vetar las celebraciones catòlicas de las fiestas de la Merced es,
precisamente, ser sectario y partidista.
Salvo
error, omisión u opnión mejor fundada en el Diccionario de la Real Academia Española
de la Lengua, por supuesto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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