Los necionanistas catalanes se molestan
cuando se señala que su comportamiento es calcado al de los nacionalsocialistas
alemanes de hace casi un siglo, de la política xenófoba a la inmersión lingüística,
pasando por los delirios de ser una raza superior.
Hace
dos semanas, en la asamblea legislativa catalana, el presidente del consejo de
gobierno de la comunidad autónoma, al que algún periodista apoda Cocomocho (es muy bueno, tengo que
recordarlo), manifestó que los niños catalanes hablan español mejor que los demás (que los demás niños de
España, se entiende… para lo cual tampoco habría que correr demasiado, dicho
sea de paso), lo cual resulta difícil de creer habida cuenta del escaso horario
lectivo que en esa región de España se dedica al estudio en la lengua de
Cervantes o Santa Teresa (que, a pesar de lo que digan algunos, no era el
catalán); difícil de creer, digo, salvo que se acepte la mayor de que los niños
catalanes gozan de una inteligencia superior a la del resto de los infantes de
la piel de toro.
Y
parece que los partidos de la oposición aceptaron la trola, porque ni populares ni naranjitos dijeron nada sobre semejante dislate.
NOTA: Lo de poliidiota es invención mía, creo. La definición sería dícese de aquella persona capaz de decir tonterías en varios idiomas. Mi caso, por ejemplo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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