No
por nada Jiménez Losantos llama maricomplejines
a los miembros del Partido Popular. Incluso aquellos que parecen más echaos p’adelante –caso de Javier García
Albiol, actual dirigente de los populares
en Cataluña- acaban resultando ser tan papanatas como sus colegas más
abiertamente timoratos.
Tomemos
el caso de Badalona. Hasta las últimas elecciones municipales, García Albiol
era el alcalde de la localidad; no sé si con mayoría absoluta, aunque me lo
supongo, dado que suele (o solía) ser el único modo del partido de derechas
para poder gobernar (y más aún en Cataluña, territorio hostil donde los haya,
con permiso de Vascongadas). Tras las últimas elecciones municipales, una
confluencia Frankenstein (un trozo de
aquí, otro trozo de allá) se conjuró para echar al espigado regidor.
Han pasado
los meses, y la llegada de los antisistema al sistema ha demostrado ser tan
desastrosa en Badalona como en el resto de España. Más aún, el consistorio
badalonés, dirigido por el partido de la Click
de Famobil, se propuso abrir el día de la Fiesta Nacional, e incluso un
edil rompió públicamente (ostentóreamente,
diría el finado presidente del Atlético de Madrid) la resolución judicial que
les prohibía saltarse la festividad. Así las cosas, la excrecencia catalana del
PSOE (pues no de otra manera cabe considerar al PSC, que influye en el PSOE
pero no permite que el PSOE influya en él) propuso echar a los cuperos de la alcaldía, para lo que era
imprescindible la concurrencia de los populares,
algo a lo que los socialistas se negaron. Es más, días después Albiol ofreció al PSC el apoyo del PP para echar a la CUP, y el PSC lo rechazó.
Si
es que es lo que pasa por intentar ir de decentes con un partido dirigido por
el maricatalufo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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