domingo, 9 de octubre de 2016

Santo subito

Uno de los requisitos imprescindibles para ser canonizado es haber realizado un milagro (en realidad, me parece que hacen falta dos milagros, pero para el chascarrillo que me propongo perpetrar en esta entrada es indiferente). Pues bien, parece que Mariano Rajoy está a punto de cumplir ese extremo.
En efecto, va a conseguir lo que no han conseguido ni el aborto, ni las uniones homosexuales, ni el sedicioso estatuto catalán, ni nada en los últimos cuarenta años: que los diputados socialistas (bueno, al menos algunos) voten en conciencia, en lugar de hacer lo que dice el jefe del grupo parlamentario.
Me refiero, claro está, a la presumible tercera sesión de investidura del líder del Partido Popular. Porque aunque el portavoz de la gestora del PSOE haya afirmado, tan seguro él, que si se opta por la abstención todos la acatarán, incluido Sánchez, ya hay alguno (alguna, de hecho) de los pedristas (o sanchistas… pero no sanchecistas) que ha declarado que en tal coyuntura no piensa abstenerse.
Lo dicho, un milagro de proporciones bíblicas. Como Héctor, que diría Isidoro.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: