En
Colombia, este Domingo se ha celebrado un referéndum para ratificar el
sedicente acuerdo de paz entre un
gobierno democráticamente elegido y una banda de terroristas narcotraficantes.
En dicho referéndum ha votado sólo un treinta por ciento del censo, y de esos
votantes la mitad y un poco más se han opuesto, y un poco menos de la mitad ha
votado a favor. Es decir, que de cada cien colombianos con derecho a voto, unos
dieciséis están en contra, unos catorce a favor y los setenta restantes se
quedan en silencio.
Con ese
respeto característico de los de izquierdas con respecto a quien no piensa como
ellos, los partidos de extrema izquierda españoles y los periodistas anglosajones progres han dejado clara su opinión acerca de esos colombianos
que, en el uso legítimo de la libertad de opinión (libertad de la que, de
momento y mientras no mande la narcoguerrilla, siguen disfrutando), se han
declarado opuestos a esa bajada de pantalones.
Pues
mira: si tener dignidad y ser valiente equivale a ser un ignorante y una vaca,
que me vayan apuntando al rebaño.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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