Teníamos
bastante claro lo que pensaban –lo que piensan- los golpistas catalanes del
ordenamiento jurídico: no del español, o el europeo, o incluso de cualquier
ordenamiento jurídico en general. Ley es aquello que les conviene en cada
momento, aunque al momento siguiente les convenga pasármela por el arco del triunfo,
cosa que harán sin el menor sonrojo.
Pero
una cosa es hacer las cosas, y otra anunciarlo con toda la desfachatez del
mundo. Y esto último es lo que ha ocurrido con el recién elegido presidente de
la asamblea legislativa regional catalana, que ha anunciado su deseo de visitar
a los políticos presos –aunque se empeñe en llamarles presos políticos, lo que
muestra bien a las claras de qué pie cojea el andoba- y que no descarta la investidura telemática de Cocomocho. Textualmente,
lo que ha dicho es que los letrados [de
la cámara] harán sus aportaciones,
que leerá con atención, como siempre.
Pero al final la decisión la deberá tomar la Mesa. Es decir, que en
Cataluña, por encima de la Ley, de la costumbre y de los principios generales
del Derecho, como fuente normativa se encuentra el escroto de los golpistas.
Y
mientras, el devorador de mejillones dice que entre presidiario y presidente, prefiere ser presidente. ¡Toma, y quién no! Pero en un estado de Derecho, el
que la hace, la paga.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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