La
de hoy es una de esas entradas que se salta el orden normal de publicación.
Aunque no tengo tantas entradas asignadas como hace algunas semanas (apenas
diez días), si siguiera la regla de la
que primero aparece es la primera en ser publicada para cuando le tocara
salir habría quedado obsoleta (más).
Resumiendo:
el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid sigue decidido a tocar las
narices a los cristianos, sin importarles (o precisamente por ello) que los
niños resulten afectados. Y mientras, los socialistas –gracias a los cuales, no
me cansaré de repetirlo, los neocom se
han encaramado a las poltronas municipales de varias ciudades importantes por
toda la geografía española, de la ciudad condal a la tacita de plata- les ríen
las gracias, o poco menos.
Resulta
que para este año, en una cabalgata de Reyes (que conmemora la visita que los
magos de Oriente –que evangélicamente no se establecen como reyes, ni tampoco
como un trío- hicieron a Jesucristo recién nacido) de uno de los distritos de
la Villa y Corte (creo que Vallecas) han decidido incluir tres reinas magas, interpretadas por una drag queen (siempre se aprende algo:
hasta ahora, pensaba que drag queen
implicaba varón travestido), una
cantante de hip hop y una tercera fémina de parecido pelaje.
La
susodicha reina (en ambos sentidos,
el de la cabalgata y el de su profesión)
defiende su participación diciendo que las tradiciones tienen que evolucionar
(yo pensaba que una tradición lo es, precisamente, porque permanece a lo largo
del tiempo: si cambia, deja de ser esa tradición para ser otra nueva, o bien
pierde la esencia que le caracterizaba) y adaptarse a los nuevos tiempos. Los suciolistos madrileños lo justifican
como una representación de la diversidad
madrileña.
Puestos
a actualizar tradiciones, les
ofrezco, gratis total, dos. Una, que he oído en la tele (matizada por mí): que
durante el próximo Ramadán, organicen un ciclo de barbacoas con productos de la
matanza del cerdo delante de la mezquita de la M-30. Otra, original total: que en
el próximo desfile del orgullo ABCDEFG incluyan, además de (o en vez de) curas
y monjas ligeros de ropa, una representación del Mahoma beneficiándose a alguna de sus esposas menores de edad.
Por
innovar tradiciones, digo… y por no andar jodiendo siempre a los mismos. Al fin
y al cabo, el Islam es una religión de paz, o eso dice el progretariado internacional…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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