Los
secesionistas catalanes son, entre otras muchas cosas, profundamente
liberticidas. No permiten a la gente elegir en qué lengua hablar, en qué idioma
enseñar a sus hijos o cómo rotular sus establecimientos. Y, además, tampoco
quieren permitir a la gente expresar libremente sus opiniones.
Por
ello crearon, ya hace tiempo, el llamado Consejo
Audiovisual de Cataluña, más conocido por sus siglas, CAC, con el objetivo
de velar por que los medios de comunicación comunicaran lo que tenían que
comunicar (en opinión de los secesionistas, claro), y no otra cosa distinta.
El
CAC rápidamente se dirigió contra los medios desafectos, en aquella época principalmente la COPE. Luego, su
perfil bajó o, al menos, no salía tanto en las noticias. Hasta ahora, en una
noticia que no deja de tener su gracia… al menos, para mí.
Resulta
que el huido ex presidente (o, hablando con propiedad y un poco de misericordia,
presidente en funciones) del consejo de gobierno de Cataluña, negándose a
aceptar la realidad, dirigió un discursito de fin de año a sus conciudadanos
(no a los bruselenses, sino a los catalanes), que fue oportunamente
retransmitido por la oficina de propaganda y adoctrinamiento separatista; es
decir, por TV3. Pero hete aquí que un grupo de periodistas catalanes, que no
reconocen a Cocomocho como presidente
de Cataluña, han denunciado la emisión del discurso en la televisión pública
catalana... y han presentado la denuncia, precisamente, ante el CAC.
No
creo que pase nada, pero la cosa es, cuando menos, irónica.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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