Necionanistas y retroprogres tienen, como ya he dicho en
numerosas ocasiones, muchos rasgos en común. Uno que, creo, todavía no había
mencionado es que tienden a convertir en insulto genérico lo que es personal:
si criticas a alguien, criticas a todos los que pertenecen al mismo colectivo.
Así,
si una mujer de su grupo (necionanistao o retroproge) es criticada por alguien
que no pertenece al mismo, el crítico es un machista, con independencia de que
la criticada sea una inútil manifiesta. Si el objeto de la crítica no tiene la
nacionalidad española, el crítico es entonces un xenófobo, sin tomar en
consideración si la persona objeto de crítica, además de inútil total, es de un
sectarismo exacerbado. Y si el criticado es homosexual, el crítico es homófobo.
Es el caso del director del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología de la
Universidad Autónoma de Barcelona, un tal Jorge (no sé por qué se indetifica
como Jordi teniendo en cuenta el
apellido –presuntamente- paterno) Hernández Borrell, que ha eliminado su cuenta
en Twitter tras emitir el siguiente mensaje:
Iceta es un impostor. Un ignorante y un demagogo que vive del partido desde hace 30 años. Tiene los esfínteres dilatados y baila al son de C's y PP. Es un ser repugnante.
El
profesor presentó su dimisión, y pidió disculpas públicamente. Aún así, la
Fiscalía abrió diligencias para investigar a Hernández Borrell por el mensaje
homófobo que publicó. El objetivo de la investigación es determinar si el
mensaje podría ser constitutivo de un delito de provocación a la discriminación
por motivos de orientación sexual.
En
primer lugar, nadie se ha parado a determinar si el maricatalino tiene los esfínteres dilatados por, digamos, un
problema de incontinencia fecal. No, han asumido que el necionanista ha hecho crítica de su orientación sexual y que, además, presume que dicha orientación es la de muerdealmohadas, y no la de soplanucas.
Y,
en segundo lugar, retroprogres y necionanistas, hermanados en esto, se
lanzaron a criticar al crítico, pero callaron miserablemente ante el asesinato de un español que, por lo que se sabe, fue salvajemente atacado por cometer el
crimen imperdonable de llevar unos tirantes con la bandera de España (no mucho
después me apresuré a comprar unos: llevaba tiempo pensando en ello, pero eso
me acabó de decidir); atacado, además, por un extranjero de ultraizquierda que ya
fue condenado por dejar tetrapléjico de una pedrada a un agente de policía hace
años y defendido por toda la patulea retroprogre/necionanista, de Junior a la bruja Piruja, pasando por Julia Hortera.
Así, el PP calló, Ciudadanos condenó el asesinato y Vox interpuso una querella criminal; mientras, El país puso
el grito en el cielo por el odio y la violencia
contra Iceta pero calló sobre el asesinato; y Junior calló como una puta sobre el crimen mientras hacía aspavientos sobre un video en el que dos fascistas
(según él: ya sabemos que todo el que no piense como un retroprogre o un necionanista
es un fascista… aunque sea retroprogre o necionanista, si el que dirige el calificativo es, respectivamente,
necionanista o retroprogre) aseguran, subidos a un tanque:
Aquí estamos buscando la solución a los problemas de España y creo que los hemos encontrado. Vamos a darle una sorpresa a Puigdemont: 70 toneladas de puro amor y pura democracia. Coletas, el siguiente eres tú. Arriba España.
Mientras,
el pueblo (esa gente a la que dicen
representar los neocom) hacía un homenaje espontáneo en Madrid a Víctor Laínez (que tal es el nombre de la víctima), asesinado por su orgullo de ser español.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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