sábado, 6 de febrero de 2016

Pros y contras

El que Mariano Rajoy volviera a rehusar presentarse a la sesión de investidura ha traído como consecuencia, entre otras, que empieza a oírse ruido de sillas en el Partido Popular. Siendo como son (o suelen ser) estructuras monolíticas y piramidales, cuando en un partido político español empiezan a moverse es señal de que el que se encuentra en la cúspide puede dejar de estarlo a corto plazo. El ruido ya se oyó en el PSOE, aunque el ansia que despierta el ligero acercamiento al poder parece haberlo asordinado, y ahora se ha extendido de Ferraz hasta Génova (total, con tirar bulevares adelante, llegas enseguida aunque sea andando), donde algunos dan por descontado que Rajoy se irá si Sánchez logra ser presidente.
En democracias normales, sólo recuerdo dos casos, ambos en Estados Unidos, en los que un máximo mandatario haya intentado volver al poder. El primero, y el más antiguo, es el de Theodore Roosevelt, que, tras ser presidente (el más joven de la historia de su país, JFK incluido; el de Massachusetts fue el más joven elegido presidente, pero Teddy Roosevelt era el vicepresidente de McKinley y cuando éste falleció pasó a ocupar la presidencia a una edad más temprana que la de Kennedy al ser elegido) entre 1.900 y 1.908, volvió a intentarlo en 1.912, con uno de esos terceros partidos que nunca han tenido mucho recorrido en EE.UU.: en su caso, tampoco. El segundo caso es el de Richard Nixon, vicepresidente con Eisenhower y candidato republicano en las elecciones presidenciales de 1.960 frente a, precisamente, Kennedy. Perdió, pero volvió a intentarlo ocho años después y esa vez ganó.
En España, el único caso en el que un presidente del Gobierno ha seguido en política tras abandonar la Moncloa ha sido –de 1.975 para acá- el de Adolfo Suárez, que en su segunda aventura política tuvo un éxito moderado y que en ningún caso tuvo oportunidades de volver a encabezar el ejecutivo.
Mientras, crecidito, Junior le exige a Pdr Snchz que negocie con los neocom o con Ciudadanos, pero no con ambos, y hasta se ha permitido , además de repartirse de antemano las carteras ministeriales, señalar quiénes han de ocuparlas… las de su partido y las del PSOE.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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