miércoles, 24 de febrero de 2016

Zapa… tiestas

Lo del concejal Zapata con sus tuits ofendiendo a las víctimas del terrorismo, a las del holocausto y hasta a las de crímenes normales (en el sentido de producirse con mayor frecuencia que los dos primeros, aun siendo igual de espeluznantes) y el tratamiento judicial de los mismos es un lío que desorienta al más pintado: en el plazo de diez días –los que median entre el primer titular que copié para esta entrada y el último, de hace un par de días- la cosa ha dado un giro de ciento ochenta grados; aunque también podríamos decir que de trescientos sesenta, porque nos hemos quedado como estábamos a principio de mes.
Recapitulemos: en Diciembre, el juez Pedraz decretó el archivo de las actuaciones. Sin embargo, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le ordenó levantar dicho archivo, al estimar que había indicios constitutivos de delito en las gracietas del concejal. El juez, haciendo constar que obedecía lo ordenado por la Sala, ordenó la apertura dejuicio oral. Pues bien, la fiscalía ya se ha pronunciado, solicitando archivar (otra vez) la causa contra el humorista.
Mientras, el susodicho ha contratado como asesora a su expareja, con la que abortó a un hijo de ambos. Cuando se supo el hecho, los neocom salieron en tromba a defenderle, afirmando que se sacaba el tema del aborto como medio de desprestigiar un proceso político de cambio. Con lo fácil que les habría sido señalar que el hecho de que las personas más cualificadas para los puestos que convocan sean siempre familiares, parejas o conocidos, se debe única y exclusivamente a la más pura casualidad (que no causalidad, no me seáis malpensados).
Zapata, que está más guapo calladito, señaló que le molestaba que se usara para atacarle lo que definió como el momento más doloroso de su vida. Para este hombre, el genocidio, los atentados terroristas o los asesinatos precedidos de violación y tortura deben ser algo parecido a meriendas campestres…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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