viernes, 9 de febrero de 2018

El delincuente reclamando al policía

Existe la expresión alguacil alguacilado. Pues bien, la situación inversa se produjo hace diez días en la asamblea legislativa regional catalana.
Resulta que su recién elegido (y viajero) presidente pidió explicaciones al ministro del Interior por el despliegue policial en el exterior de la sede, le acusó de deslealtad institucional y pidió que se garantice el normal funcionamiento de la institución.
Pero… ¿qué entendemos por normal? Quizá saltarse la Constitución, las leyes estatales, el estatuto de autonomía y el reglamento de la cámara. Quizá, proclamar una república independiente y luego suspender sine die la efectividad de esa proclamación. Quizá, marginar a casi la mitad de sus miembros y, por lo tanto, a la mitad de la sociedad a la que en teoría representan. Quizá.
O quizá hacer una cosa mientras dicen hacer la contraria, como hacen las juventudes de los Clicks Unidos de Playmobil, que atacan a un diario, difunden un comunicado con amenazas contra el mismo por hablar de las ‘pacíficas’ manifestaciones de Sociedad Civil Catalana y se jactan del ataque. Quizá.
O quizá es que, en España en general y en Cataluña en particular, lo anormal es, desgraciadamente, normal.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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