martes, 14 de agosto de 2018

Genial

Hace unos días hablé de que al Coletas le crecían los enanos en sus predios regionales, y comenté la posibilidad de que en uno de los más fuertes, allá al Sur de Despeñaperros, las cosas le salieran rana a Junior y fuera más votada la candidata no patrocinada por él.
A pesar de las gestiones de ese Robocop de saldo que los neocom tienen como secretario de organización (o poltrona motorizada semejante), fue precisamente Teresa Rodríguez, la pareja del inefable (puesto que las palabras se quedan cortas para describirlo) alcalde de Cádiz, la que venció en las primarias con un setenta y cinco por ciento de los votos. No una mayoría a la búlgara, pero casi.
Siempre he dicho que lo mejor para la derecha española (y, de rebote, para España) es que la izquierda esté, cuanto más desunida, mejor. No es que sea una reflexión demasiado inteligente o elaborada, puesto que es un corolario ineludible de la Ley D’Hont que rige en el sistema electoral español.
Y si además el líder de una de las formaciones de izquierdas está tan ocupado apagando fuegos en su patio trasero que no puede enredar en la política nacional, miel sobre hojuelas…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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