sábado, 11 de agosto de 2018

Sucios sí, listos no

Un socialista no es sólo alguien capaz de sostener una cosa y la contraria y afirmar que ambas son ciertas y progresistas. Es alguien que, de noche y en mitad de un túnlel oscuro, es capaz de afirmar que puede ver lucir el sol. Es decir, alquien que, como ya señalé en otra ocasión, sólo coincide con la verdad por causalidad. Un embustero patológico, vaya.
Porque esa es la opción más misericordiosa para calificar el hecho de que el gobierno de sin vocales apoye la inmersión (ahogamiento, más bien) lingüística de Cataluña y lo haga afirmando, con todo el cuajo del mundo, que es un modelo de cohesión. También era cohesión la afirmación de ein volk, ein Reich, ein führer, y nadie diría que se trataba precisamente de un modelo; al menos, no de un modelo de nada bueno, digno o respetable.
La opción menos misericordiosa sería, por lo tanto, considerar que los socialistas apoyan la política paranacionalsocialista que practican (que llevan practicando desde hace ya cuatro décadas) los secesionistas catalanes porque están de acuerdo con sus postulados. Que lo hacen, por lo tanto, porque son tan miserables como ellos.
Algo que, vista la historia del partido de la mano y el capullo desde sus orígenes hasta el presente, tampoco es que suene tan descabellado, la verdad…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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