jueves, 27 de diciembre de 2018

¿A quién creer?

Con el abandono de la Unión Europea por parte del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte (para los amigos, Brexit), se planteó la posibilidad de que, por primera vez en dos siglos, la pérfida Albión hiciera algo en favor de España; y, por primera vez en la Historia, probablemente, sin actuar en interés propio.
Ese favor sería Gibraltar, claro está. El Peñón, nido de traficantes, defraudadores y ladrones (de tierra y mar), vive porque vampiriza el Campo de Gibraltar. Convertido en un pedazo de tierra exterior a la Unión, si las cosas fueran como debieran quedaría abandonado a sus propios recursos; es decir, a los de la metrópoli (puesto que han sido, son y serán una colonia de Su Graciosa Majestad). Y hasta es posible que allá al otro lado del Canal de la Mancha consideraran que tener que seguir manteniendo a semejante panda de gorrones resultaba demasiado oneroso, y que traería más cuenta devolvérsela de una refitolera vez a los de la siesta y la pandereta, y allá que se las compusieran ellos (es decir, nosotros).
Pero todo eso son hipótesis. Porque a la cabeza del ejecutivo tenemos a un indocumentado sin principios y sin redaños, que traga con todo lo que le echan, ya sea butifarra o rosbif. Y cuando él dice que ha llegado a un acuerdo sobre la Roca y levanta el veto al Brexit, en Europa se cachondean sobre las garantías recibidas, del tipo prometemos prometer; cuando dice que España abordará la cosoberanía de Gibraltar con el Reino Unido, allá en Downing Street dicen que la posición sobre la soberanía de Gibraltar no ha cambiado y no cambiará. En Bruselas dicen que fue más fácil convencer a Madrid que a Londres, y en la ciudad del Támesis aseguran que España no ha conseguido lo que quería respecto a Gibraltar.
Y es que, como leí en un tebeo de El corsario de Hierro hace ya muchos años, para un británico con razón o sin razón, mi país es lo primero. Así que, ¿quién dice la verdad y quién miente como un bellaco?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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