martes, 11 de diciembre de 2018

Más allá del planeta silencioso

Podríamos decir que llegué a este libro –y a los dos que le seguirán, naturalmente- por una especie de sistema de cesta de cerezas, en la que al coger una arrastras otra que, a su vez, arrastra otra y así sucesivamente.
Cualquier lector voraz de Tolkien acabará leyendo, tarde o temprano, una biografía del viejo profesor. Si la que elige es la escrita por Humphrey Carpenter, es casi seguro que antes o después leerá Los Inklings, una biografía apenas disimulada de Clive Staples Lewis. Llegados a este punto, será casi inevitable que ataque alguna de las obras del amigo y colega de Tolkien; bien las Crónicas de Narnia, bien su Trilogía cósmica. Como en mi caso ya había leído la heptalogía, era de suyo que fuera a por la trilogía.
Y aquí estamos, comentando el primero de los volúmenes que la componen. Aunque el autor reconoce su deuda con H.G. Wells, su Malacandra me resulta más cercano al Barsoom de Burroughs; casi idéntico, si lo despojamos de sus ropajes de espada y fantasía y lo revestimos de alegoría cristiana apenas disimulada. Siendo anterior en más de una década a la elaboración de las aventuras de los Pevensie, el trasunto religioso resulta aquí bastante más evidente y, por ello mismo, la novela resulta menos amena (por así decirlo) en términos de puro entretenimiento (sin entrar a juzgar, por lo tanto, si tiene mayor o menor calidad literaria).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo he leído los tres volúmenes de la serie y me parecen excepcionales. En el segundo, las escenas del protagonista enfrentándose a su "némesis" son, a veces, aterradoras. Y el tercero, aparte de ser quizá el más legible como novela convencional -porque es verdad que todos son obras tirando a "raras"-, sí tiene un tema o hilo conductor bien patente: si es un buen rumbo reemplazar la espiritualidad con el materialismo.

En mi caso, llegué a la "Trilogía Cósmica" a partir del buen sabor de boca que me dejaron "Las Crónicas de Narnia"... y ahora atesoro aquellos tres libros como parte de los más importantes de mi biblioteca.

Bergil dijo...

Estimado anónimo:
Lo primero, gracias por dejar tu comentario en el blog. Siempre es un placer percibir que alguien más que uno lee lo que escribo (según los trackers de Blogger, gente de sitios como Rusia que, la verdad, no sé cómo llegan a mi blog). Lo empecé escribiendo como una especie de desahogo, pero con el tiempo fui consciente de que algunas personas leían lo que escribía y, lo que es más importante, les gustaba (aunque pudieran no estar de acuerdo), incluso lo suficiente para hacer comentarios.
Ciñéndonos al tema de esta entrada, yo leí Narnia antes de los Inklings pero después del corpus Tolkieniano y la biografía de Carpenter. Probablemente fuer a raíz de la primera de las películas que se hicieron la década pasada.
Para mí, las obras de Carpenter, aun pudiendo tener la misma carga religiosa que las de Tolkien, son más (por así decirlo) descaradamente apologéticas del cristianismo y, quizá por ello, algo más "duras" de leer (aunque sean novelas mucho más breves). Ahora estoy con la segunda y no diré que los enfrentamientos entre Ramson y el diablo encarnado me resulten aterradores, pero sí quizá estremecedores; tanto por el relato en sí como por las implicaciones metafórico-teológicas que tienen.
Leñe, me ha quedado un párrafo tan guay que creo que lo utilizaré cuando comente esa novela.
Para terminar, permíteme una pregunta: ¿podrías identificarte, aunque no explicitaras tu identidad? Quiero decir: ¿español o extranjero, hombre o mujer, nos conocemos personalmente o no?
Un saludo

Anónimo dijo...

¿Qué tal, Sr. Bergil?

Es una pena que no le lean, porque con más como usted opinando y haciéndose oir, otro gallo nos cantaría. Pero me temo que en estos tiempos ya hay demasiadas fuentes de información (o, mejor dicho, ruido) y demasiado poco tiempo en una vida como para dedicarles la debida atención, por más que (como es su caso) fuesen más que merecedoras de la misma. Aunque quizá sea suficiente con que, sin armar demasiado jaleo para no irritar al personal, cada uno aporte su pequeño granito de arena por sus respectivas inmediaciones, de modo que "Pedros", "Pablos" y gentuza de similar calaña, no se salgan con la suya entre el público despistado.


Cambiando de tercio, y si le tira algo la literatura de ciencia ficción, como sugerencia de próxima lectura me atrevería a recomendarle a Stanislaw Lem. Aunque no creo que el "maestro" estuviese muy conforme en que le encasillasen en el género.

Y en cuanto a sus preguntas, soy español, hombre y no, no le conozco personalmente.

Un saludo.

Bergil dijo...

Gracias por la recomendación. Ya he leído algo de Lem (Solaris y otra que no recuerdo, cuya trama es un viaje a una civilización extraterrestre para, una vez llegados allí, ser incapaces de identificar a los seres inteligentes), y tengo más en capilla. Algo denso, el autor polaco...
Vaya, me leen desconocidos. Eso le viene bien a mi ego, para qué engañarnos... ;-{Þ>

Bergil dijo...

El título no recordado de la obra de Lem es Fiasco