jueves, 13 de diciembre de 2018

Es la economía, estúpidos

El Gobierno péndulo de Sin vocales ha cambiado tantas veces de opinión en el medio año escaso que lleva ejerciendo (es un decir) sus funciones que uno ya no sabe a qué carta quedarse. Y lo peor no son los continuos bandazos –que en cualquier político se presuponen, pero que en el equipo reunido por don No es no casi parecen estar insertos en su código genético-, sino las excusas peregrinas que aducen para defender sus (variables) posiciones.
Tomemos el caso de los tan traídos y llevados (es un decir, puesto que apenas han hecho acto de presencia) presupuestos generales del Estado para el año 2.019. Tras firmar un acuerdo con los neocom y sufrir un revolcón en Bruselas, el Gobierno español sopesaba no presentarlos de nuevo para no sufrir el coste de juguetear con toda la patulea antiespañola que le aupó al poder.
Cuando se conoció tal intención, el malestar recorrió las filas gubernamentales, pero de puertas afuera evitaron confirmar si presentarían o no el proyecto. Lo grave no fue esto, sino que la titular de Hacienda dijera que la presentación del proyecto era una cuestión menor propia de la tertulia política, viniendo a decir que lo importante era que se aprobaran. Vuelta a preguntar sobre el tema, contestó que no lo sabía… descartando al mismo tiempo que no le hubieran informado al respecto de las intenciones del presidente porque el Gobierno está perfectamente coordinado.
Sin pretender rebatir a la titular del Ministerio, y señalando (como cualquiera con dos dedos de frente) que para poder aprobar unos presupuestos primero hay que presentar el proyecto de los mismos (no pretenderán que se aprueben a ciegas), me limitaré a señalar que la Ley de Presupuestos Generales del Estado es, sin lugar a discusión, la más importante y trascendental que debe presentar un Gobierno a lo largo del año.
Con que, de cuestión menor, nada. Al contrario: máxima, esencial, imprescindible, capital.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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